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viernes, 15 de febrero de 2013

CASA DE LA CULTURA, MÁS QUE UNIVERSITARIA, UNA JUVENTUD ARTÍSTICA


La institución, a pesar de sus extremadas limitaciones económicas, sigue siendo el espacio bandera para apoyar a niños, jóvenes y adultos en sus aspiraciones artísticas y culturales.
Por: Carlos Eduardo Osorio

Han pasado 14 meses de la administración del alcalde Jhon Fredy Pimentel y los 15 instructores prometidos para las diversas actividades artísticas, musicales, pictóricas, bailables y culturales, no han podido ser contratados por la crítica situación financiera del municipio, según las versiones oficiales. Sin embargo, muchos monitores, que han trabajado desde hace unos 15 años avalados económicamente por la Alcaldía, decidieron en una manifestación altruista colaborar gratuitamente con la Casa de la Cultura, para atender a las decenas de niños, jóvenes y adultos que quieren aprender un arte. Por esos todos los días hay clases de piano, de guitarra, de vientos, de pintura, de danzas, en fin…

El reto que tiene el director del organismo, José Rubio, es demasiado grande y sus allegados no necesitan preguntarle directamente para darse cuenta de que sus angustias son permanentes, sus dolores de cabeza constantes y sus gestiones ante las esferas gubernamentales a veces infructuosas. El director de la Escuela de Música, Juan Carlos Sierra, el único instructor en nómina oficial, labora sin descanso hasta los domingos para poder cumplir con todas las solicitudes culturales de los menores de edad que quieren aprender a tocar piano o guitarra.

Expectativa
Desde el año pasado, el Ministerio de Cultura aprobó una partida de 3.200 millones para terminar la construcción del edificio de la Casa de la Cultura, según los planos, uno de los proyectos más ambiciosos del Valle del Cauca. Las obras deberán comenzar en abril, según una comisión evaluadora del gobierno nacional que estuvo analizando hace dos meses los diseños y confrontándolos con la estructura actual. La intención es contar con los espacios adecuados para seguir con el proceso de la consolidación de artistas, dignos embajadores del municipio, como ha ocurrido hasta este momento, aunque sea con las uñas.

KAREN RAMOS
VOZ JUVENIL PARA LA MELODÍA RELIGIOSA
A sus 17 años, Karen Ramos es una de las vocalistas preferidas de la Casa de la Cultura. También le gusta interpretar la guitarra. Por sus cualidades como cantante fue seleccionada como la representante de Jamundí en el VIII Festival de Música Latinoamericana “Hernando Trujillo”, realizado en diciembre pasado con la presencia de agrupaciones de prestigio internacional, entre ellas Villamarka, de Ecuador.  El instrumento de cuerda le llama la atención porque “produce una melodía muy hermosa” pero cantar, en especial música religiosa, es su desvelo cotidiano. “Soy cristiana y cómo no cantarle al Ser que me ha dado la vida y este talento, además es música que transmite paz y les da un mensaje positivo a las personas”, dice. 
Sobre su inclusión en el Festival asegura que fue una experiencia agradable y maravillosa, pues era la primera vez que se presentaba en un espectáculo de esa magnitud. A la par con sus estudios secundarios se especializa en rehabilitación física y tiene como objetivo profesional la fisioterapia o la psicología.

Por su formación religiosa no se cansa de repetir a sus compañeros y amigos que “los deleites de este mundo son pasajeros; en el momento estás contento, feliz, pero tu tristeza no se acaba. Por eso los invito a que busquen de Dios, que no pierdan el tiempo en los vicios, las drogas, y que saquen tiempo para aprender un arte o lo que más les llame la atención”.

ELIANA RIVERA SIERRA
SU PASIÓN: EL CLARINETE Y LAS CIENCIAS NATURALES
Es licenciada en Ciencias Naturales y Educación Ambiental de la Universidad del Valle. Eliana Rivera Sierra tiene 23 años. Desde los 5 ingresó a la Casa de la Cultura y durante 13 años se dedicó al aprendizaje de instrumentos de viento, preferiblemente clarinete y saxofón. Tuvo que comenzar con los talleres de iniciación musical, como todos los estudiantes, sin excepción, a pesar de que es la sobrina del director de la Escuela de Música, Juan Carlos Sierra.

Su ascenso fue sorprendente: pocos años más tarde era monitora de música de la Casa de la Cultura, a los 11 dictaba clases de clarinete y después fue integrante de la Banda Adelmo Rusca, donde a pesar de su juventud era la escogida para interpretar este instrumento. Como integrante de la orquesta femenina caleña “Chicas madera” fue la encargada de hacer vibrar las notas del saxofón tenor. En la actualidad es profesora de Ciencias Natrales del colegio Senderos. Está convencida de que su anhelo es consolidarse en la música y en las ciencias naturales y que “la Casa de la Cultura les enseña a los niños y a los jóvenes a realizarse como personas y a tener visión en la vida”. Su mensaje a la juventud: “dedicar el tiempo libre a la música o al arte para que no tenga espacios para la maldad, y ese espacio lo tiene la Casa de la Cultura”.

FRANCISCO FERNANDO ZAPATA
COMPOSITOR OBSESIONADO POR LA MÚSICA AUTÓCTONA
Se autodefine como operador musical y guitarrista. Francisco Fernando Zapata  (Franfer), 29 años, es bachiller del Colegio Central, de Jamundí, y estudió guitarra clásica y composición en el Instituto Popular de Cultura (IPC). Su primera composición fue el pasillo Margoth, dedicado a su profesora de matemáticas, Margarita Vega. “Desde niño me dejé impresionar por la grabación de temas musicales, como “Resolución papayera”, de Reynaldo Cuenca, a la que se le hizo archivo sonoro, además de cuatro temas con la agrupación Tierra de Aguas, del músico Juan Carlos Sierra. Admite que su objetivo es mostrarles a los jóvenes “las expresiones musicales autóctonas, antes que las extranjeras. Sin embargo, tiene como misión clara realizar un montaje para participar en festivales importantes de música colombiana, como el “Mono Núñez”, de Ginebra.
En la actualidad está concentrado en hacer arreglos de guitarra y flauta traversa (clásica). Su recado es sencillo: “Expresarse musicalmente teniendo en cuenta los ritmos, sin dejar perder la tradición musical del país”.

DIANA ALICIA ESCOBAR
DEL CLARINETE A LA MEDICINA

Diana Alicia Escobar, estudiante de medicina en la Universidad Santiago de Cali, en la actualidad no está vinculada directamente con la Casa de la Cultura, pero asiste a todos los actos públicos que programa la institución. A los 14 años interpretaba con profesionalismo el clarinete, después de acompañar al maestro Juan Carlos Sierra en todos sus talleres musicales. Posteriormente se vinculó a la Banda de Adelmo Rusca hasta cuando terminó el bachillerato e inició clases de instrumentación quirúrgica. La próxima médica jamundeña considera que la parte musical puede tener muchas ventajas, “donde aprendes, compartes y cambias tu estilo de vida” Para lograr ese propósito considera a la Casa de la Cultura como “el sitio de formación ideal para los jóvenes que quieren algo diferente para su vida”.

Para destacar:La Casa de la Cultura es el sitio de formación ideal para los jóvenes que quieren algo diferente para su vida”. 3.200 millones de pesos asignó el Ministerio de Cultura para la terminación de la Casa de la Cultura de Jamundí, obra que se encuentra paralizada desde hace seis años y que debe reiniciarse en abril.

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