Por: Jorge Iván Mejía
La moral en relación a las costumbres, al bien y al mal, implantando normas limitadas a diversas posiciones desde donde se juzgan conductas, aceptándolas o enviándolas al infierno, estigmatizando unos malignos, y a otros benignos; causando graves consecuencias en la sociedad. Esta moralidad viene de comunidades primitivas ligada a ritos y tabúes donde sexualidad es importante debido al hecho de la procreación; esos señalamientos se han extendido hasta nuestros días debido a la ignorancia, y doble moral. Pretenden indicar el sentido de la vida, como sí eso fuera posible.
Nuestra cultura es adoradora de lo económico, cada movimiento por sobrevivir depende de estos papelitos de colores; por ellos se entrega la vida. En esta locura todos los estratos y organizaciones se enfrentan en una orgía de muerte por adquirirlos, allí quedan relegados al abandono la mayoría de los pobladores, que enfrentar su diario subsistir sometidos a barbaridades de unos sobré otros. La miseria física y moral se apodera de la sociedad y entre abandono y lágrimas las mujeres jóvenes tienen que enfrentar la realidad entrando a conformar el ejército de la profesión más antigua de la humanidad, la prostitución, allí llegan los cocodrilos a abusar, a hacer de las suyas, es el lugar donde la dignidad humana es pisoteada hasta extremos aberrantes; pero ellas no son malas y perversas como se dice, por ellas, no se revienta el tumor de las limitaciones y represiones sexuales de la incapacidad humana ante el impulso natural - ya conocemos la historia de Sodoma y Gomorra.
Estas mujeres limpian la locura colectiva y ante la vida tienen derecho a la dignidad y respetabilidad de cualquier humano. No podemos seguir haciendo con ellas el papel de hienas al cual las sometemos, son unas heroínas entregadas a la lucha descomunal contra la estigmatización; sin embargo no olvidaremos el grito de Jesús al cielo por defenderlas" el que esté libre de pecado que tire la primera piedra".
Levantemos por ellas nuestra voz, no vulneremos su derecho a sobrevivir, el estado debe recogerlas, no abandonarlas, ellas tienen valor, son admirables por sus luchas contra las tempestades que brotan de la falsa moral.
Un abrazo hermano para ellas, las que sufren en
silencio el vilipendio y los gritos de esta sociedad ebria de sexo
insatisfecho.
Con el poeta Baudelaire canto su estrofa" ellas a quienes mi alma persigue en su infierno;
Yo os compadezco y también os amo
por vuestra tristeza, vuestra sed insaciada
Y el amor que colma vuestros hondos pechos".
Gloria y compasión por las amazonas.
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