CUATRO GRANDES EXPONENTES DEL
ARTE
Comenzaron a consolidarse proyectos culturales de importancia, no
obstante las limitaciones presupuestales, pero para el próximo año quedarán
incluidos en alrededor de 20 alternativas artísticas, culturales, poéticas y
musicales.
Por Carlos Eduardo Osorio
Dos son los
personajes que manejan el centro cultural: José Rubio, director, y Juan Carlos
Sierra, director de la Escuela
de Música. A pesar de que por problemas presupuestales del Municipio no se han
podido contratar a todos los monitores, también se enseña danza y es el sitio
obligado de encuentro diario de decenas de niños, jóvenes, adultos y personas
de la tercera edad.
Con un espacio
Sí, porque
los adultos mayores tienen su espacio los lunes y viernes en la denominada
“aerorumba”, donde hacen ejercicios al ritmo de la música salsa, dirigidos por
tres expertas en el arte de la gimnasia rítmica.
En esta
oportunidad, exaltaremos la labor de una saxofonista, un cantante, un
guitarrista y un pintor.
EL SAXOFÓN, SU OBJETIVO DE VIDA
Es la
directora de la banda de vientos de la
Casa de la Cultura. Confiesa que es una mujer apasionada
permanentemente por la música. A sus 27 años es madre de Juana Sierra Saavedra
y su objetivo a corto plazo es crear su propia agrupación conformada por 30
músicos jóvenes de Jamundí.
Su
carrera profesional la inició con percusión folclórica, donde empezó a conocer
la música andina y a interpretar la quena, la guitarra y la sampaña. Después
ingresó al Instituto Popular de Cultura, a la Banda Municipal
donde aprendió a manejar con maravillosa dedicación el saxofón y ahora estudia
música en la Universidad
del Valle. También interpreta el trombón.
Trayectoria
Ha integrado
varios grupos como
“La Bamba ”,
“Chicas Madera” y en momento hace parte de “María Mulata Orquesta”. Fue
directora de varios grupos, entre ellos “Suzunga” y la academia musical “Taca
Taca”. Ha participado durante dos años consecutivos en el Festival Petronio
Álvarez.
A comienzos
de este mes visitó a Centroamérica para participar en el Festival Honduras Sax,
como saxofonista, donde obtuvo el sexto lugar entre 70 participantes de América
Latina.
En la banda
de vientos de la Casa
de la Cultura
hay en este momento 15 integrantes que tocan saxofones, trombones, trompetas y
clarinetes.
Reconoce que
fue su exesposo Juan Carlos Sierra quien le abrió las puertas a la música al
brindarle todo el apoyo posible e invita a los jóvenes a que “cojan un
instrumento y que hagan cultura a través de la música, porque por ese lado se
labra el camino del
bien. Lo digo por experiencia propia”.
UN ACCIDENTE LO CONVIRTIÓ EN MÚSICO
Después de 30 títulos nacionales en
deporte extremo, a mediados de 1998 tuvo que abandonar la bicicleta porque un
accidente en una prueba de descenso casi lo deja parapléjico. Tuvo fractura en
la quinta vértebra cervical y un milagro lo tiene caminando normalmente, aunque
es consciente de que hasta un mal movimiento dormido lo puede volver a
perjudicar.
Obligado a dejar el deporte, se
inclinó por la música. Aprendió guitarra eléctrica en el Instituto Popular de
Cultura, guitarra acústica, clarinete y hace dos meses comenzó a aprender
tiple.
Caleño, 40 años, Beltrán Mejía
estudió ingeniería industrial en la Universidad Autónoma
de Occidente. Quiso hacer empresa independiente y en el 2000 arrancó como pionero en internet
con un portal de conciertos y deportes.
Seis libros
Ha escrito seis libros, uno de ellos
titulado “Estamos de paso”, sobre historia de ciencia ficción, deportes
extremos y superación, montado sobre el
paradigma del guión de cine, y fue presentador de eventos musicales y
deportivos. Trabajó en La Mega
y un día dijo que se iba a volver músico y lleva 10 años estudiando.
Su objetivo es socializar todos los
trabajos que hace, “traspasar el mundo a través de la música, aunque una de sus
frustraciones es los libros escritos siguen sin publicarse porque “como no poseo recursos
propios, no quiero poner en riesgo la casa de mi mamá para editarlos”.
EDUARDO PINO ESCOBAR
Su
abuelo paterno le puso el apodo de “Pipo” y así se quedó para siempre,
hasta el punto que la mayoría de quienes lo conocen ignoran que se llama
Eduardo. Sus pinturas son apreciadas por todos los visitantes de la Casa de la Cultura y es quizá el
único artista autorizado para negociar sus cuadros dentro de la institución. Su
especialidad: El lienzo, el óleo y el acrílico.
Tiene 30
años y vive de la pintura desde hace 12 años. “Se puede vivir de la pintura,
pero la idea no es vivir del
arte sino para el arte. La pintura me da para sostener la familia; sin embargo,
para uno poder expresarse en el arte no hay que pensar en el dinero”.
Reconoce que
el espacio para pintar dentro de la
Casa de la
Cultura se lo ha ganado a base de esfuerzo, dedicación y
carisma. Su primer escenario fue matizar y exponer fue el parque
principal, con el peligro que corrían sus lienzos expuestos al sol o las gotas
de lluvia.
Desde la
época de colegio se dio cuenta de que sabía dibujar y empezó a indagar cómo se
llamaban los utensilios. El primer cuadro que pintó se lo vendió a un
compañero de trabajo. Recuerda que era un tríptico (bodegón).
Un poco de pena
Cuando
comenzó en el parque sentía pena porque se imaginaba que la gente pensaba que
no sabía pintar. Sin embargo, su primer cuadro en ese lugar, un paisaje, lo
vendió a un buen precio, y de allí en adelante se tomó confianza y no le
importaba que lo criticaran o se burlaran.
Dice que en
Jamundí hay desconocimiento del arte y está
contento porque ha hizo contacto con el propietario de una galería de Ecuador ,
a quien le ha vendido varias de sus pinturas. Pide apoyo de la Administración para
los jóvenes que tienen talento porque “al arte lo están dejando de último y
debe ser el primero”.
“CACIQUE
DE LA SALSA ”
Es amante de
la música salsa y del
folclor. Dicen que es un excelente imitador de artistas como Tito Nieves, Gilberto Santarrosa y Andy
Montañez, pero él dice que no lo es aunque su tonalidad vocal sea parecida.
A la edad de
28 años comenzó a hacer parte de la orquesta “Tumbafuego”, de Santander de
Quilichao, con la cual fue parte activa en la grabación de un larga duración.
Es el menor de 10 hermanos y recuerda que a los 10 años cantaba las novenas de
navidad.
Dice que lo
suyo es una herencia musical de su señora madre, Bertha Barona, quien cantaba
mientras lavaba ropa ajena.
Participó en
los realitys Factor X del 2009 y en “Yo me llamo” de este año, así como en el Festival del
bolero. Su sueño inmediato es poder grabar los temas “Cholao raspao” y
“Jamundí, ciudad de ensueños”.
30 músicos jóvenes integrarán la Banda de Vientos de la Casa de la Cultura de Jamundí, dirigida por la saxofonista Diana Licet Saavedra.
1 comentario:
Carlos, aqui te veo bien, buena esa por publicar la nota en "El papel periodico" de Luis Fernando.
Esto realmente es lo que necesita Jamundi. Surte y pulso.
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