María de los Ángeles, una colegiada que se sumerge en
un mundo iluso, sólo tenía el sueño de entregarse al ídolo eterno, Camilo Sexto
desde sus 14 años.
Por Carlos Eduardo Osorio
La última novela del escritor y periodista Francisco
González Medina, “María sigue siendo virgen”, es impactante, amena, acogedora y
la ficción que maneja su relato sobre hechos reales conduce a un final que bien
pareciera bíblico pero apoyado en una verdad visionaria que pudiera ocurrir en
todos los pronósticos del siglo XXI.
La virginidad no es el tema
La virginidad, sin embargo, no es el tema central del
argumento de la novela. María de los
Ángeles, testigo de los desafueros sexuales de sus amigas de colegio y de las
pretensiones viriles de sus compañeros de escuela, sólo tenía el sueño de
entregarse al ídolo eterno, desde sus 14 años, cuando tuvo la primera
menstruación, y era cuando comenzó a escuchar sus canciones
Y después de años y años de arrojar botellas al mar
con mensajes de amor para que algún día tal vez los leyera su ídolo Camilo, “El
Lindo”, se quedó con Jonatan, el lechero, de quien María de los Ángeles espera
un hijo a pesar de que seguía siendo virgen.
Pie de foto: La historia no sólo involucra a Helena y
Virgilio, progenitores de María de los Ángeles Palma, sino a Artemisa, especie
de vidente que pronosticaba el futuro de la protagonista.
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