¡LA
NUEVA ERA!
En la
primera semana de junio comienza la anunciada remodelación y terminación del
edificio de la sede cultural, que según el Ministerio de Cultura, será junto
con la de Tuluá, una de las más modernas del Valle.
3.200 millones de pesos es la cifra aprobada
por el Ministerio de Cultura para readecuar y culminar las obras de la Casa de
la Cultura
Por: Carlos Eduardo Osorio
Otra vez el ánimo y el entusiasmo se
filtraron por los rincones de la Casa de la Cultura de Jamundí. No era para
menos: Después de 15 meses de larga y angustiosa espera, la administración
municipal contrató a 20 instructores en distintas áreas, con lo cual la
edificación volverá a concentrar a decenas de niños, jóvenes y adultos que veían
casi frustrados sus sueños de involucrarse en alguna actividad artística o
cultural.
Para los innumerables padres de familia que
con persistencia indagaban cada semana por la apertura de cursos para sus
hijos, los anuncios colgados a la entrada de la sede cultural, ubicada en pleno
parque principal Bajo Palacé, les trajo el esperado alivio: “Cursos de música,
pintura, danza, escultura, artes plásticas y teatro”.
José Rubio, director. |
Los más felices con la noticia son el
director de la Casa de la Cultura, José Rubio, y el director de la Escuela de
Música, Juan Carlos Sierra, quienes hasta se sorprendieron con la llegada de
dos secretarias para agilizar los trámites de inscripción de los nuevos
alumnos. La noticia ha vuelto a hacer sonreír hasta los incrédulos, máxime
cuando la primera semana de junio, de acuerdo con el cronograma del Ministerio
de Cultura, comenzarán las obras de readecuación y terminación del edificio,
proyecto para el cual el gobierno nacional dispuso una partida de 3.200
millones de pesos. Mientras se adelantan los trabajos y debido a que la Casa de
la Cultura debe ser desocupada, se manejarán tres escenarios culturales: Cinco
parques, cinco casetas comunales que actuarán como filiales y las seis
instituciones educativas más grandes del perímetro urbano (Litecom, Central,
Simón Bolívar, España, Villegas y Manuel Beltrán, informa el director José
Rubio. Hoy se rinde un nuevo homenaje a otros talentos de la Casa de la Cultura
de Jamundí
Su talento es magistral. Interpreta la
guitarra como alumno aventajado. Tiene bordadas sus dotes musicales, pero a
Santiago Gómez Villota, de 10 años y estudiante de quinto de primaria en
la institución educativa Rosalía Mafla,
nadie le cree cuando repite hasta el cansancio que su futuro profesional,
además de la música, es vestir el uniforme de policía. Esa meta la tiene bien
definida: “tacaré en el tiempo libre, porque como policía tengo que ayudar a
que la ciudad esté tranquila”. Desde hace un año está vinculado a la Casa de la
Cultura, “donde me siento bien, relajado, haciendo lo que el profe Juan Carlos
me manda”. La dedicación ha sido completa en el aprendizaje de gramática
musical y tuvo la oportunidad de participar en un reciente concurso de música
colombiana.
Está convencido de que la música es su
profesión y su estilo de vida. Para consolidar esa meta, y con 18 años de
edad, Juan Pablo Reyes comenzó el segundo
semestre de música y baile en la Universidad del Valle. Para el joven
universitario, la música se convirtió en su pasión después de que llegó a la
Casa de la Cultura, “a mi segundo hogar”, en el año 2003. “La música está en todas
partes, la disfruto escuchándola y también practicándola, y me gusta desde muy
niño”, dice.
En la entidad cultural tuvo como profesores a
Juan Carlos Sierra, actual director de la Escuela de Música; Reynaldo Cuenca,
en trompeta, y Karen Restrepo, en flauta. Aunque su objetivo inmediato es
continuar los estudios musicales, con un grupo de amigos conformó la pequeña
banda “Euforia”, en la cual hacen sus prácticas con riguroso entusiasmo. La
juventud la vive a diario y por eso su mensaje es claro: “Si en realidad a los
jóvenes les gusta un arte, pues no deben dudar en practicarlo, porque será una
pasión, un disfrute y se le puede sacar bastante provecho”.
Tiene 9 años, hace dos se vinculó a la Casa
de la Cultura, estudia cuarto de primaria en la institución educativa Pablo VI
y fuera de los cuadernos, la guitarra se ha convertido en su acompañante
inseparable. Daniel Alejandro Cruz pertenece a la Escuela de Música y los
visitantes y compañeros de clase no pueden evitar el entusiasmo que impregna al
escucharlo interpretar temas como “Pueblito viejo” o “Pájaro campana”.
Su padre, Jorge Cruz, también estudiante de
guitarra, es su aliado principal. “Él me enseña a leer las partituras, cinco
días a la semana”, afirma. Anhela que niños como él, que comienzan a vivir, “no
se vayan a dedicar a los vicios, que estudien y que aprendan un instrumento, de
pronto un piano”, que lo imiten, porque “quiero ser un gran músico y dar muchos
conciertos”.
JORGE
CRUZ: DE PADRE ACOMPAÑANTE A MÚSICO
Hace tiempo había estudiado música en el
colegio Francisco Antonio Rada, de Morales (Cauca). Ahora, con el compromiso de
acompañar a su pequeño hijo Daniel Alejandro, todas las tardes en la Casa de la
Cultura, también comenzó a tomar clases de guitarra. Ahora ensayan juntos, casi
a diario, aunque a él le gusta más la música en inglés. Mientras Daniel
Alejandro “puntea”, Jorge trata de cantar sus melodías preferidas, mientras la
esposa y madre les acepta la rutina porque dice que también le gusta la música.
Sostiene que como en Jamundí hay mucha
desocupación, la Casa de la Cultura se ha convertido en una buena opción para
practicar actividades sanas, en forma gratuita, “aunque no hay suficientes
monitores pero con los pocos que trabajan se puede sacar a los muchachos a
hacer algo productivo y convertirlos en profesionales”. Acompañado de niños y
jóvenes en la tarea de ayudar a hacer cultura, cree que la juventud “debe sacar
espacio para el arte, como una forma de ayudar a abrir el alma y la mente para
recibir educación, así no dediquen toda su vida a la música”.
En la Casa de la Cultura las decenas de
alumnos que estudian música se sienten orgullosos de interpretar un
instrumento, de cuerda o de viento. Sin embargo, para Cristian David Huila
Aguirre, de 15 años, es un honor dedicarse por completo al arte de la percusión
por intermedio de la marimba, porque son escasos los alumnos en esa disciplina
musical en Jamundí. Por eso debió reforzar sus estudios en Incolballet. “La
marimba es un instrumento muy bonito y su sonido me llena de alegría en los
momentos en que estoy deprimido”, dice.
Tiene proyectado convertirse en marimbero
profesional y estudiar folclor del Pacífico en la Universidad del Valle o en el
Instituto Popular de Cultura (IPC). Recuerda que llegó a la Casa de la Cultura
en el momento oportuno, cuando el profesor Albert necesitaba la marimba (de su
propiedad), para completar el grupo musical. Asegura que la institución
necesita más maestros para reforzar las distintas áreas culturales y dice que
“la juventud debe apoyar la mayoría del tiempo en actividades como la cultura,
la música, para que no se vaya por otros caminos sino ayudar a embellecer los
talentos y destacar más el potencial artístico de Jamundí”.
1 comentario:
FELICITACIONES SEÑOR DIRECTOR
CASA DE LA CULTURA .
DE LA DIFUSION Y APOYO A LAS DIVERSAS MANIFESTACIONES CULTURALES DEPENDE EL EXITO DE TODO ESPACIO CULTURAL.
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