
Por Luis Fernando
León M.
Informe Especial
El mundo ha evolucionado y con él las nuevas formas de comunicarnos, de trabajar y hasta de amar, pues con la tecnología se han venido evidenciando nuevas tendencias entre los jóvenes que podrían cambiar el concepto de amar y de tener una experiencia sexual tan placentera, como lo era la de hacer el amor rozando la piel y acariciando lo más profundo de cada alma.

El sexting es la nueva modalidad de práctica sexual en la sociedad que consiste en el intercambio para el estímulo entre dos o más personas del mismo o de diferente sexo por medios virtuales o electrónicos a través de mensajes, fotos, o videos eróticos, (sex + texting). Esta nueva modalidad de erotismo comenzó a tener auge en la primera década del siglo XXI debido a los grandes avances tecnológicos que han estado a la vanguardia con accesorios como los smartphone, los Blackberry o las tablet. Las primeras referencias al ‘sexting’ se remontan al 2005 y desde entonces se ha constatado su existencia en diversos lugares del mundo, con mayor incidencia inicial en los países anglosajones como Australia, Nueva Zelanda. Estados Unidos, Reino Unido y ahora Colombia.
Los peligros


Otras de las graves consecuencias son los aspectos legales o ilegales. Dependiendo del entorno jurídico de cada país, el ‘sexting’ puede derivar problemas incluso penales de diverso tipo en las que se incluye el porte, producción, posesión y/o distribución de pornografía infantil, corrupción de menores, vulneración del derecho al honor y a la imagen, difusión ilícita de datos personales (la imagen es considera un dato), y hasta acoso.
En Colombia las cifras sobre el ‘sexting’ alcanzan el 60% de jóvenes que han realizado esta práctica. Y dentro del contexto local, Cali, es fácilmente superior al porcentaje nacional con un 69% según un estudio de MaTTica, empresa de investigaciones digitales.

ALGUNOS CASOS

Jesse Logan, una joven estadounidense de 18 años, se ahorcó dos años después de que un ex novio difundiera fotografías suyas desnuda. Pero también se destruyen familias. Una adolescente caleña de 16 años fue grabada mientras tenía relaciones sexuales con un compañero de colegio. El video fue transmitido vía bluetooth de celular en celular, en el colegio se hizo famoso en un par de horas, y la jovencita no solo tuvo que retirarse de la institución para esquivar burlas y humillaciones. También decidió irse de casa.
A una presentadora de televisión le sucedió. Después de terminar con su novio, a su nueva pareja le llegaron imágenes en donde la presentadora aparecía sin blusa, sin brasier, en la habitación de un hotel. Por celos, dicen, el despechado ex parejo, decidió publicarlas. La víctima habló con colegas, con directores de medios, para evitar que el escándalo creciera. Su trabajo, también, estuvo amenazado. El ‘sexting’ puede acabar con la vida profesional de muchos. El riesgo no es exclusivo de ministras, actores de cine, modelos. No es extraño, tampoco, que en colegios y universidades circulen videos y fotografías de adolescentes practicando sexo oral, o jovencitas en poses sensuales cuyas fotos son publicadas en Facebook y ahí son fusiladas por foristas morbosos.
En Cali. Una joven, por ejemplo, que fue drogada, desvestida, grabada, en un caso que más bien tiene tintes de abuso sexual. El video fue puesto en Internet; dos mujeres cuyas parejas viven en el exterior y les han pedido lo que ellos consideran una “prueba de amor”: que se graben teniendo relaciones sexuales con amigos y envíen las imágenes por la web como una manera de excitarse.
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