Por: Luis Fernando León Marín
Recientemente aprobada la modificación de la ley 134 de 1994 que permite revocar el mandato a
los Alcaldes y Gobernadores luego de un año de su administración se ha
convertido en el peor temor de los mandatarios pero también se ha sido la
oportunidad para muchos que buscan que algunas personalidades públicas de su
oposición sean posiblemente derrocados.
Esta ley y su modificación que reduce al 40% los votos
que aprueben la revocatoria, es decir, si un alcalde en las elecciones sacó 100
votos, ahora tan sólo deben sufragar 40 personas a favor de la revocatoria para
que se aplique la ley, es simplemente a mi concepto una jugada de la extrema
derecha para obtener el poder y más exacto, los intereses están puestos en la Alcaldía que preside
Gustavo Petro. Cabe destacar que Bogotá es un escenario netamente importante
para la política del país, tanto así que se dice que el que llegue a ser
mandatario de los bogotanos puede ser Presidente de la República. Por tal
motivo hay muchas personas detrás de la revocatoria de este dirigente, que si
averiguan bien, le está haciendo mucho daño, no al pueblo sino a los políticos
que tienen sus negocios ya establecidos. Por ejemplo: A los hijos del
expresidente Uribe les quitó el de las basuras y por eso es que los medios
nacionales ejercen esa presión sacando sólo lo malo de su gestión, la pregunta
es ¿será que les inyectaron recursos para que hablarán mal del hombre?; Otra
jugada de Petro fue quitar las corridas de toros en esta ciudad, todos sabemos
que estos eventos mueven mucho dinero y si les hacen ‘ese daño’ entre comillas,
los perjudica mucho y deben buscarle ‘el tumbe’.
Pienso que estas herramientas de ley debemos utilizarlas
para el bien nuestro y analizar si de verdad vale la pena utilizarlas cuando lo
que está en juego no es el bienestar común sino de un grupo político
determinado. No nos dejemos llevar por los medios nacionales, investiguemos que
hace la gente, la gestión de los mandatarios, y si ya analizando la opinión
sigue siendo la misma, quedaremos tranquilos pensando que hicimos las cosas
bien.
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