Columna de Opinión
Por: Luis Fernando León Marín
Siempre
he creído y estoy convencido que la Ley de Garantías es una herramienta
fundamental para el control de quienes están en el poder, pues cuando se
acercan las elecciones, son ellos (los mandatarios) quienes buscan asegurar
contratos para favorecer a sus principales electores, y si quitan dicha ley,
apague y vámonos.
Esta
primera apreciación resume lo que pienso de la propuesta del presidente Juan
Manuel Santos en la que sugiere derogar dicho mandato. Como quien dice, dejemos
que los alcaldes que hoy gobiernan, sigan haciéndolo, porque la verdad es eso,
si quitan dicha norma, no habría garantías para nadie, pues quien tenga ‘el
poder’, (lo coloco entre comillas porque es el pueblo quien realmente lo tiene),
pueda colocar su propio ‘títere’ para que siga con sus políticas y pueda seguir
haciendo de las suyas. Imagínense que aun habiendo esta ley, en varias zonas
del país desde ya se están asegurando contratos, cómo será entonces si la
derogan. Fácilmente esto sería un cheque en blanco, pero sin ahondar en el
tema, un análisis breve es que las Alcaldías del país en su mayoría están en
manos de la U, de la línea del Presidente, por ende, necesita continuar con
dicho poder su colectividad.
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